Aumento de la tensión, midiendo los espacios, eventos inesperados solucionados favorablemente, presentación de las obras y su colocación final.
Con la fatiga reflejada en el rostro y una sonrisa indescifrable, echando una última mirada, a la sala de exposiciones, surgieron numerosas interrogantes para las cuales en ese momento no hubo respuestas.
El regreso a casa en silencio y pensando en lo que se pudo haber hecho y no se hizo, una larga noche que no reparó los estragos de la fatiga.
Sin más por hacer, tan solo esperar al día siguiente.
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